A sus 56 años, Sushila irradia calidez y tiene una sonrisa fácil. Su carácter amable se refleja en la forma en que habla con su nuera, que sirve té y dulces caseros con rapidez, y con su nieta, que camina de un lado a otro de una habitación a otra.

Al igual que sus hermanas líderes de SEWA, Sushila es la persona a la que acuden las personas de la comunidad cuando necesitan ayuda ante una crisis sanitaria, cuando hay una situación que requiere la presencia de trabajadores de emergencia o cuando es necesario negociar con las autoridades locales. En esta función, también organiza eventos en torno al Día Internacional de la Mujer, el Día de la Independencia y otras festividades importantes.

Esta es una vida que Sushila ha tardado muchos años en construir. Cuando era joven y recién casada, ella y su marido, Mohan, vivían con sus padres y seis cuñados hasta que las condiciones de la vivienda y el hacinamiento obligaron a la pareja a mudarse a Adarsh ​​Indira Nagar. Tenían muy poco dinero y, para ganar algún ingreso, Sushila vendió sus joyas para que la pareja pudiera comprar un carro, desde el cual Mohan vendía los namkin, o dulces, que Sushila elaboraba.

Pero esos ingresos no eran suficientes. Mohan les propuso abrir una pequeña tienda en su casa y, como muchos trabajadores de la economía informal, pidieron un préstamo a un prestamista con un interés alto y lo utilizaron para comprar algunos equipos en pequeñas cantidades, a pesar de los problemas con los intereses del préstamo.

Poco después, los organizadores de SEWA visitaron la tienda. Les costó bastante insistir para convencer a Mohan de que les permitiera hablar con Sushila. Su compromiso dio resultado y, cuando le explicaron a Sushila los beneficios de la membresía, ella se afilió rápidamente.

Comenzó a asistir a reuniones y clases, incluso cuando su familia no aprobaba que saliera. Aprendió a leer y escribir, lo que le ha dado autonomía en los negocios y en los asuntos del hogar. Como dice, "soy capaz de hacer cualquier trabajo cuando es necesario".

Su negocio en general también se ha beneficiado de su asociación con SEWA. Gracias a un préstamo de SEWA a bajo interés, pudo comprar más equipos para producir y vender mayores cantidades de namkin. Su mercado se expandió a Bombay y Jalgeon, y cuando las ganancias disminuyeron después de 2001, los miembros de SEWA le dieron a Sushila la idea de compensar la diferencia de ingresos abriendo puestos de dulces en eventos especiales y festivales.

A partir de ahí, la participación de Sushila en festivales fue en aumento. Con la ayuda de SEWA, ha participado en festivales de comida callejera organizados por NAASVI, una filial de Streetnet, en ciudades como Patma y Delhi, donde incluso ganó un premio por su moong dal halwa, un postre especial. Ha perfeccionado aún más sus habilidades culinarias a través de un programa que SEWA ayudó a organizar con un instituto politécnico en el que aprendió a cocinar con medidas. Esta formación certificada le ha abierto nuevas puertas a más oportunidades comerciales.

El éxito del negocio de Sushila también ha traído más seguridad y oportunidades para su familia. Desde que se unió a SEWA, Sushila ha seguido ahorrando a través de la Cooperativa de Crédito de SEWA y en 2001, con la ayuda de otro préstamo de SEWA, la familia pudo construir una casa de ladrillo de dos pisos. Cada uno de sus tres hijos ha obtenido títulos universitarios. La familia ha podido tomar vacaciones ocasionales a lugares de peregrinación como Gangasajar, Hyderabad y Rameswaram. Lea más sobre cómo SEWA crea cambios descargando el PDF.