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Ser vendedor ambulante es un acto que está prohibido en muchas partes del mundo. Las autoridades criminalizar este trabajo, pero mucha gente lo considera importante. No sólo para los vendedores ambulantes, sino la gente de la comunidad y, a veces, incluso el gobierno.
Frank Bandawe es un vendedor ambulante de dulces en las calles de Blantyre. Frank tiene poco más de 20 años y es el sostén de su esposa y su hijo. Su negocio parece muy pequeño y despreciable para muchos, y mucha gente se pregunta cómo sobrevive con ese pequeño negocio. Vende dulces a 100 kwachas por cada tres artículos (es decir, unos 0.057 dólares estadounidenses).
“El hecho es que siempre estamos atentos a las autoridades de la ciudad que nos echan de las calles. Pero mi presencia aquí no solo es una ganancia para mí, sino también para el gobierno. Digo esto porque, si compro estos dulces en las tiendas mayoristas, hay una cierta cantidad de impuestos que pago automáticamente. Esa cantidad también ayuda al gobierno”, dijo Bandawe.
Bandawe vive en el municipio de Mbayani, que no está muy lejos del centro de Blantyre. Para él es bueno no tardar tanto en llegar al lugar donde realiza su actividad como vendedor ambulante, pero esto lo obliga a vivir en una casa de alquiler cara.
Bandawe dijo que con su negocio logra pagar el alquiler, alimentar a su familia y pagar la guardería de su hijo. Consigue satisfacer al menos algunas de sus necesidades básicas, especialmente aquellas que parecen ser las más importantes.
“Me aseguro de llegar a la ciudad temprano por la mañana para iniciar mi negocio, asegurándome de que cuando las autoridades comiencen a perseguirnos, haya hecho algunas ventas anticipadas. Además de eso, también me levanto temprano para poder caminar y evitar gastos de transporte”, dijo Bandawe.
Bandawe explicó además que si todas las personas compraran artículos a los vendedores ambulantes, la vida podría ser más sencilla para muchas personas.
“No digo que debamos cerrar los mercados”, afirmó. “Pero como cualquiera puede ver, a la gente le resulta difícil entrar en el mercado para comprar algo pequeño. Así que cuando lo encuentra en la calle, eso significa que el proceso se simplifica”.
Bandawe añadió que a veces la gente que le compra como vendedor ambulante le anima, ya que siempre le elogian por los buenos precios de los artículos que vende. Por ejemplo, esos mismos dulces se venden a un precio más alto en las tiendas y en el mercado de Blantyre, lo que le permite conseguir más clientes, ya que ofrece un servicio barato al que pueden acceder muchas personas necesitadas.
Este artículo fue escrito por el periodista juvenil y activista de los medios Uthman Kaisi.
Registrada como una organización sin fines de lucro en Sudáfrica.
Número de orden público 930030585
Licencia de contenido: CC BY-SA 4.0
Dirección física 45 Claribel Road Windermere Durban 4001, Sudáfrica
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