Arriba: Vendedores en los semáforos y en las calles trabajando duro para ganarse la vida diariamente.
El Día Internacional de los Trabajadores, el 1 de mayo, es una celebración del Movimiento Internacional de los Trabajadores. Para otros sectores laborales, es un día de lucha por los derechos que aún no se han obtenido, por ejemplo, los vendedores ambulantes o los trabajadores autónomos viven y trabajan en condiciones precarias.
En Nicaragua, mientras miles de trabajadores de la industria estatal y privada celebran el primero de mayo como feriado, hay trabajadores que laboran este día porque ven las celebraciones como una oportunidad para vender una amplia variedad de productos.
Estos trabajadores son llamados vendedores ambulantes, término que designa a los trabajadores que se desplazan de un lugar a otro sin trabajar necesariamente en un sitio fijo. La mayor parte del comercio de los vendedores ambulantes lo realiza una sola persona. Algunos venden en puestos cubiertos, otros venden al aire libre, algunos sentados junto a una canasta o manta donde exponen su mercancía. Miles de personas pobres no pueden darse el lujo de comprar productos en las tiendas y adquieren los productos a los bajos precios que ofrecen los vendedores ambulantes.
CADA DÍA LABORAL ES UN DÍA DE LUCHA PARA LOS TRABAJADORES INFORMALES
En la imagen de arriba a la izquierda se ve un vendedor ambulante y a la derecha un vendedor ambulante que forma parte del sector informal.
Trabajar como vendedor ambulante es la única alternativa para miles de personas en el mundo a quienes ni el Estado ni la empresa privada ofrecen oportunidades de trabajo, resultado de las políticas neoliberales impuestas a países como Nicaragua por los financistas internacionales como el FMI y el Banco Mundial.
La vida de un vendedor ambulante es una lucha sin cuartel. La mayoría tiene que luchar en las calles incluso en los días de descanso para sobrevivir. Para estos trabajadores no hay mucho que celebrar el primero de mayo.
El mayor logro de esta gesta heroica en Chicago, Estados Unidos, fue la jornada laboral de ocho horas. Los vendedores ambulantes en general superan las diez horas, sometidos a las inclemencias del tiempo.
El trabajador informal es invisible para algunos, pero juega un papel importante como canal de distribución, incluso para grandes empresas.
En estos momentos en los que los autónomos superan a los empleados del sector tradicional, también exigen respeto por sus derechos humanos y laborales.
Si se les pregunta a los vendedores ambulantes “¿Qué necesitan para superar sus problemas?”, las respuestas recibidas serían las siguientes:
- Acceso al crédito
- Acceso a la educación para sus hijos
- Acceso a la atención sanitaria
- Acceso a la seguridad social
- Permiso para trabajar sin persecución por parte de las autoridades y a no ser expulsados de los espacios públicos donde han encontrado la única alternativa ocupacional honorable en la que pueden ganarse la vida.
Estas, entre otras, son las demandas de los trabajadores por cuenta propia en Nicaragua y en el mundo. Los trabajadores por cuenta propia son mayoría en las ciudades y en el campo, producen una parte importante de la riqueza y el empleo. Sólo actuando de forma unida y organizada en un frente común podrán lograr el reconocimiento de sus derechos humanos y laborales, y lograr una vida y un trabajo dignos. Sólo así podrán celebrar plenamente el primero de mayo.
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